sábado, 3 de octubre de 2015

Reflexión de tu reflejo

La fecha llegó en el otoño, Armando lo había olvidado por completo, solo escuchó el pesado sonido del talonario de "Rifa entre Amigos" que su mamá dejó caer en la mesa de la cocina.

-¿Y eso?, ¿Sigues con la tanda?- preguntó Armando.
-No, el próximo domingo se juega con la Lotería Nacional y fíjate que ya llevo varios vendidos. - Dice su mamá.
-¿A quién?.
-A los de la iglesia, la señora Hilda está muy emocionada.
-¿Cuál es el premio?
-Tú.
-Jaja, ¿Que acaso es un...?- Entonces Armando recordó todo, su semblante cayó por completo y se petrificó del miedo.

"Si para el siguiente año no te me casas te juro que te voy a rifar para que te largues de aquí". Es la sentencía que le había dado su madre hace casi un año y obviamente sonaba lo bastante ridículo como para ser verdad.

-Mamá, -dijo Armando nervioso, - ¿Cómo piensas que vas a rifarme?
-Compré un talonario en la papeleria y el boleto que coincida con los últimos 2 números de la lotería nacional gana el premio, así que te me vas con quien quiera que haya comprado el boleto ¿oíste?, si el número ganador es de un boleto que no se vendió la bolsa se acumula y se juega en el próximo sorteo, pero al ritmo que voy no creo que eso vaya a pasar.

Armando no podría creerlo.

-Oye, ¿cómo crees que mamá va a rifarnos. - Era Armando del Espejo, el otro yo de Armando que no era tan diferente a él con el que consultaba cada vez que se veia su reflejo, era como Narciso pero menos interesante y mas cliché.
-Armando, esto no es posible, no es como que sea algo que ella pueda regalar. - Dijo Armando a Armando del Espejo.
-Pero si no entrega el premio mamá puede ir a la cárcel, ¿sabes? - Le dijo Armando del Espejo.

-¿Estás hablando con Armando otra vez?- Interrumpió mamá.
-No, ya me voy, tengo que recoger algo de la tintoreria.
-¿Cuando vayas puedes preguntarles si puedes pegar esto en la puerta? - Mamá le da un cartel de la rifa a Armando.
-¿Hiciste un póster?
-Ay mijito, ya vez que me encanta el diseño gráfico.

Armando salió de la casa y empezó a manejar sin un rumbo en verdad, no tenía nada que hacer en la tintorería, su mamá lavaba toda su ropa. Estaba confundido, si alguien ganaba la rifa y el premio no se entregaba su mamá podría ir a la cárcel y si bien él no queria ser el premio de alguna señora de la iglesia tampoco quería que su mamá tuviera que terminar encerrada en algún penal con señoras tatuadas esperando a que algún hijo con la cabeza rapada le entregara drogas cada semana.

-¿No vas a ir a pegar ese póster verdad? - Armando del Espejo le hablaba a Armando desde el retrovisor.
-Pues, le quedó chido la verdad, ya no usa Wordart y tiene la información concisa con muy poco texto.
-Estás perdiendo el punto aquí. Mira el lado bueno, ¿qué tal si gana una señora buscándole un buen novio a su hija que es demasiado buena para todos?
-En ese caso yo me llevo el premio.
-Pero esa hija te odia por que eres lo que sus padres quieren, no lo que ella quiere.
-Entonces ahora si nos jodimos los dos.
-¿Sabes qué deberías hacer?
-No, qué debería hacer.
-No sé, solo quería preguntar si tenias alguna idea.
-Tu y yo somos lo mismo, si tu no sabes ¿por qué yo tendría que saberlo?
- No no no no, no te confundas, tu y yo no somos lo mismo.
-¿Qué somos entonces?
-Amigos con derechos.
-¿Solo eso? Nisiquiera te he besado.
-Vamos, nos hemos masturbado juntos varias veces.
-¡Eso ha sido por accidente!

La fila de autos que Armando llevaba juntando atrás comenzaba a hacerse tan larga como en un banco en quincena. Un hombre que estaba atrás de él y que no le dejaban cambiar de carril se bajó del carro furioso y fué a tocarle la ventana a Armando.

-¡¿Qué pasa?! ¡Llevas 3 cambios de semáforo! ¿Quieres que le hable a tu mamá para que venga por ti?- Dijo el hombre con los ojos rojos de furia.
-¡No señor!, yo... yo... ah...
-¡Qué! ¿No sabes qué día es hoy?
-¿Hoy señor? Hoy es Navidad.
-¡Pues entonces no olvides tu espíritu navideño y mueve este puto carro de aquí!
-¡Oye, no hables así de mi carro! - Armando del Espejo se había metido en el pleito.
-Tu no tienes carro. - Trató de calmarlo Armando.
-Tonto, mira en el espejo, tu yo del espejo no está sentado en la nada. - Le dijo el señor a Armando.
-Espera, ¿puedes verlo? - Preguntó Armando.
-Claro que sí imbécil, es un espejo. - Aclaró el señor con sus ojos cada vez más rojos.
-Para todo lo que existe en tu mundo existe un reflejo en el mío. - Le explicó Armando del Espejo a Armando.
-¿Crees que eres el único que puede interactuar con el reflejo? desde hace siglos que vamos y venimos. - El hombre sonaba mas sereno ahora, y una sonrisa burlona se empezaba a dibujar en su cara.
- ¿Vamos y venimos?, Pero Armando del Espejo, ¿por qué nunca has venido acá?- Preguntó Armando.
-Por que es un espejo, si no hay nada que reflejar el reflejo no existe. No podemos estar los dos del mismo lado del espejo. Además no hay nada allá que yo quiera- Dijo Armando del Espejo.
-Eso es óptica básica hijo. - Le dijo el hombre sonriendo. - Solo podrías cambiar lugares con tu yo del espejo, pero no puedes visitarlo para ir a pasear a Fundidora del Espejo.
-¿Me estas hablando de óptica básica para explicarme cómo puedo cambiar lugares con mi yo del espejo? ¿Creo que no es tan sencillo como piensas. - Dijo Armando un poco molesto.
-El mundo no es tan complicado, solo algo confuso. - Dijo el señor.
-Eso es bastante confuso a decir verdad. - Intervino Armando del Espejo.

- ¿Qué acabo de decirte zoquete?. - El señor volvió a molestarse de nuevo y le dió un golpe en la cabeza a Armando. Armando del Espejo trató de evadir el golpe pero no hubo golpe.
 
Pon soundtrack

-¿Qué fue eso? ... - Preguntó Armando del Espejo asustado.
-¿Qué no viste? Este salvaje me golpeó. - Dijo Armando bastante enojado.
- Exáctamente tonto, te golpeó, aquí no pasó nada, ¡de hecho no hay señor aquí conmigo! - dijo Armando del Espejo asustado.
-¡Llevamos casi 5 minutos con esto y no te diste cuenta de ese finísimo detalle! - le gritó Armando a Armando del Espejo. Ambos armandos giraron la cabeza lentamente a la ventana del carro.
-Oye, no puedo verlo, gira el retrovisor. - Le dijo Armando del Espejo a Armando.

Armando giró el retrovisor y Armando del Espejo pudo ver al señor sonriendo con sus ojos rojos.

-¿Armando del Espejo?... - Lo llamó Armando nervioso.
-¿Si?
-¿Puedes verlo?
-Si.
-Pero no esta contigo... ¿verdad?
-No todavía. - dijo el señor.
-¿Qué pasó con la óptica básica? - Preguntó Armando.
-Te dije que el mundo era confuso. - Dijo el señor.
-¿Qué cosa eres tú? - Preguntó Armando del Espejo.
- Digamos que soy algo que puede ocurrir. - Dijo el señor. - Ahora ¿podrías moverte del camino por favor?
-Si... enseguida. - Dijo Armando.

Armando arrancó y se mantuvo viendo al hombre por el retrovisor hasta que se perdió en una vuelta.

-¿Lo viste al final? - Preguntó Armando a Armando del Espejo.
-¿A quién?
-Nada.
-¿Que vamos a hacer?
-Vámonos lejos.
-¿Canadá?
-No tan lejos.
-¿Y mamá?
-A la chingada mamá, me quiere afuera de la casa de todos modos.

Y así Armando empezó un viaje sin más que su carro, lo que traia puesto y Armando del Espejo.

Zacarías llegó al café del centro, bajó del carro y al entrar pidió un café negro para sentarse a leer su periódico. Cuando le trajeron el café se vió en la cuchara que le dejaron.

-¿Dónde estabas? - Le preguntó a Zacarías de la Cuchara.
-Estaba ocupado, ¿me perdí de algo? - Respondió Zacarías de la Cuchara.
-Tal vez, creo que asusté a alguien.
-No puedo dejarte solo ni un minuto, ¿cierto?
-¿Como es que haces eso?
-¿Qué cosa?
-Dejarme solo.
-Simplemente no pienso que me necesitas, yo tampoco te necesito todo el tiempo.
-No entiendo como lo haces.
-Yo tampoco entiendo como lo haces tú.

Zacarías cargó la cuchara de azucar y lo echó en el café, cuando la sacó vió que estaba solo otra vez.

Zacarías OST

Me preguntó que pedirá Zacarías para desayunar hoy.