sábado, 21 de septiembre de 2013

La Película

Era el jueves que no sabía que había estado esperando por meses, el cine no estaba radiante pero se notaba que recién habían trapeado para la ocasión, lo supe porque tropecé con la tina llena de agua sucia. Había resultado difícil conseguir el quórum adecuado ya que por la pura obsesión de revisar la cartelera me di cuenta que esta sería la última función, después adiós, ya vendrá alguna película ridícula acerca de la navidad y divorciados o cine familiar con la roca y otros hombres musculosos; así que fue un llamado de emergencia:

“Ha valido pitos señores, la película la quitan hoy, mañana hay otra pendejada de un policía del más allá o algo así.”

Respondieron otras cuatro personas, supuse sería suficiente, todos fans de la película y ávidos por vivir un segundo encuentro en el cine, para muchos el primero.
Mientras esperaba en la sala notaba que a pesar de tratarse de una magnífica obra, poca gente se tomó la molestia de usar su noche del jueves para rendir tributo, la triste publicidad de los jueves cerveceros estaba dando resultado; pero aún así el bombo (The hype) estaba muy alto y podías ver en la fila gente con unos suéteres bien culeros con el logo del parque en toda la panza, demasiado cosplay de Dodgson con sus sombreros de espías y sus latas de Barbasol, muchos gordos con camisas hawaianas, disfraces pobres de dinosaurios y otra gente corriendo algoritmos para completar cadenas de ADN en realidad virtual en sus laptops.

Cerca de 15 minutos antes de que empezara la función llegó la mitad de la gente con sus acompañantes y un amigo que no había visto hacía años y que pensaba que no lo volvería a ver mas que cuando saliera en los periódicos; era juan_loz, ganador de la Beca al Valor, Excelencia y Mérito Cívico San Juan Bosco y que aparte tiene nombre de mail.
Hartos y ansiosos fuimos a la taquilla a conseguir los ticketes, el sujetillo solo nos vio y dijo:

-Jurassic Park, diría yo.
-Exactamente, ¿qué acaso tenemos cara de ver Los Vengadores o algo así?
-Lo siento señor, mi trabajo me obliga a tomar precauciones. Debo advertirle también que esto no es una película de perros que hablan, chick flicks en donde ambos aprenden la lección y están bien buenos, no es cine de arte así que no espere a Bradd Pitt en un nuevo papel de hombre maduro y responsable y tampoco es cine de Dwayne Johnson, si desea saber más acerca de nuestra muestra permanente de cine de Dwayne Johnson sírvase de tomar uno de nuestros folletos para conocer los complejos designados en este año fiscal. Le recuerdo que esto es Jurassic Park de 1993 en 4DX, la “X” es por extremo, dirigida por Steven Spielberg, guión de Michael Crichton, con Sam Neil, Jeff Goldblum, Laura Dern, Richar Attenborough, Wayne Knight, ey-kei-ey Stan Podolack
y los demás, Se enfrentará al descubrimiento y su responsabilidad, el caos, la naturaleza caprichosa e indomable y a la chica lista (Clever Girl) en un entorno de cuatro dimensiones “extreme”, por 45 pesos más podemos incluir 2 dimensiones extras para expandir las implicaciones del caos… quizás quiera dejar a su novia afuera… usted sabe, por el Doctor Ian Malcolm en su pose de Adán.- dijo mirando al buen Juan Cantú.
-No gracias, así está bien, ¿quedan asientos disponibles?
-Sólo la fila “J”.
-Funcionará.
-¿Lo siento entre las parejas? O a un extreme de las parejas.
-A un extreme por favor.

Conseguimos los boletos y al entrar a la sala un hombrecillo nos advirtió de los peligros, nos dio nuestros lentes y cascos para n dimensiones y nos despidió. Adentro en la sala se respiraba la emoción y todos comentaban como fue aquél ’93 cuando vieron por primera vez a los dinosaurios. Lo que siempre se me hizo peligroso de las funciones en más de dos dimensiones es que la publicidad puede ocultarse engañosamente en dimensiones que no podemos ver, y así sin más, imágenes de refrescos y cantantes llegan por la 6ta dimensión y no tengo muy claro cómo ignorarlo. Me di cuenta de esto porque había mucha gente cargada de golosinas, palomitas y sodas, “No reparamos en gastos”, dijeron.

Era mi primera vez en una sala 4D en México, y peor aún, esta era extrema; la verdad me imaginaba disidentes políticos, gente abortando y aventando bombas molotov a la pantalla, pero no era así; lo que sí tenía eran asientos que se movían, una barra que te pegaba en la espalda, un abanico y un par de mangueras al frente que te aventaban ya sea agua o un gas que olía a aceite y herbolaria.

Empezó la película y era “Vaya, mi silla se está moviendo” aunque quizás estuvo un poco exagerado ya que incluso en los diálogos de las escenas de comida nos movían de aquí para ayá; pero de la nada, llegó una escena por la cual todos habían esperado acerca de un personaje que a nadie le importa, era Dodgson.

-Dodgson, Dodgson!, We’ve got Dogson here! – gritamos todos al unísono y cuando nos dimos cuenta que a nadie le importa sonaron vítores y volaron los fedoras de los cosplayers, ¿qué trataban de hacer? ¿Verse como agentes secretos?

En la escena cuando llegan a la isla el helicóptero sufre una turbulencia, una oportunidad perfecta para mostrar el poder destructivo de la 4DX, la X es por extreme, así que nuestra fila rotó hasta alcanzar 45 grados al frente con la horizontal; solo ví cajas de palomitas volando hacia adelante y una carreola cayendo sin control por las escaleras con varios bebés adentro, -¡Mi laptop! – gritó un pobre diablo que seguía simulando cadenas de ADN y todo fue a dar al piso.

A pesar de la comida en el piso y las brigadas de voluntarios que se formaron para recoger a los heridos no me distraje de la pantalla porque Hammond acababa de informarnos que efectivamente, tienen un T-rex.

- Dr. Grant, my dear Dr. Sattler... Welcome to Jurassic Park. – En eso mostraron las manadas de brachiosaurus (del griego «βραχιων» brachion, brazo, y «σαυρος» sauros, lagarto) que junto con la catarsis del asesinado John Williams y 65 millones de años de evolución hicieron que derramara 2 pequeñas lágrimas, para que después se perdieran entre las babas que arrojaba la manguera con propósitos 4DX, la “X” es por extremo.

Sería tonto tratar de plasmar todo lo que sentí durante toda la función, era como si nada hubiera pasado, la función de cine que nunca tuve, la manguera que te avienta agua cuando no lo esperas y las sillas que nunca regresan a su posición original ¿cómo podría hacer esto la película mejor? Ellos lo intentarían.

A pesar del agua y los abanicos que helaban la sangre, no sentía que la experiencia fuera en verdad extrema, es decir, si fuera un cine ¿cómo superas a la película?, pues esta gente se lo tomó muy enserio. En la escena en que Timmy, ¿podría ser un nombre más de niño-güero?, cae después de que 10,000 voltios le cosen las gónadas recibe respiración de boca a boca, oh cielos, pausaron la película.

En un principio pensé que era un terrible error de la proyección, pero encendieron las luces y un empleado del cine se colocó frente a la pantalla.

- Para elevar la experiencia del cine, Cinemame se lo lleva al mame. Por favor permanezcan en sus asientos, pronto uno de nuestros empleados pasará a atenderlo.- En eso el hombre dio un paso atrás y se acercó otro joven en uniforme, con postura pobre, granos en la cara y un cuerpo de quequito; se dirigió a la primera butaca donde había una familia sentada y dijo gritando: - ¡Lo siento, es por Spielberg! – y sujetando la cabeza del que probablemente era el segundo esposo de esa mujer comenzó a besarlo.

La señora sentada a su lado empezó a gritar horrorizada y la gente se paró de sus asientos y comenzó a correr a las salidas, pero las puertas ya estaban bloqueadas por guardias que golpeaban a todo aquél que intentara cruzarlas.

-Por favor, les recordamos que deben permanecer en sus asientos todo el tiempo que dure la función. Un empleado de Cinemame debidamente identificado les guiará de vuelta a sus lugares. Le recordamos también que ya puede comprar y reservar sus boletos en nuestra página de internet y que no trate de ser un héroe. – dijo el empleado que habló al principio frente a la pantalla y que había guardado la compostura en todo momento; los guardias seguían sometiendo a algunas personas y las regresaban a sus lugares mientras el besador seguía haciendo su trabajo, llorando y pidiendo que lo perdonaran… que lo perdonasen. Me logré esconder entre los heridos de la primera escena del helicóptero, pero fue inútil, para Cinemame no existe lo sagrado ni la compasión. Todos fuimos besados.

Debo admitir que el esfuerzo del cine fue enorme, no se me habría ocurrido que hacer si tuviera que diseñar el algoritmo de un evento tan extremo, digo ¿cómo imaginar que estaría bien mover las sillas como mecedora cuando en la película están buscando un archivo en una interfaz gráfica de UNIX? O que liberaran una parvada de mariposas para luego activar los rociadores y que lloviera en todo el complejo, arruinando las alfombras y las palomitas de todos, véase Teoría del Caos.

Al final todos obtuvimos lo que queríamos, creo; llegaron los helicópteros y los doctores decidieron no aprobar el parque para nuestra seguridad; la naturaleza seguiría explorando la vida y llevándola hasta donde sea necesario mientras nosotros reflexionábamos sobre la supuesta autoridad que nos hemos autoproclamado.

DIRECTED BY
STEVEN SPIELBERG

-¡Órale putos! – alguien gritó mientras todas las sillas se inclinaron hacia adelante arrojando a todos los presentes al suelo, era hora de salir.  En la puerta de la sala estaba Phil Tippett, el supervisor de dinosaurios y la gente le arrojaba sus vasos con refresco gritando injurias y señalando su falta de supervisión, muchas cosas pudieron haberse evitado pero en el fondo sabía que su error nos había enseñado mucho más de lo que él lloraba.


Esto sería todo por hoy, el final de un tributo a una obra que marcó la vida de muchos y que solo fue hundiéndose en secuelas tristes, la última función en el noreste mexicano de Jurassic Park 4DX, la “X” es por extremo había terminado y nosotros somos testigos de lo que puede lograr el cine aún en su forma acartonada de Hollywood.


lunes, 16 de septiembre de 2013

El proveedor de muerte

Subí un edificio de departamentos hasta llegar al último piso.
Tuve que bajar una trampilla en el techo para poder entrar en el cuarto. 
Me acuerdo que me pegué en la cabeza antes de entrar en él.  Éste era muy parecido a uno que salía en una de esas caricaturas de cuando chicos.
No iba solo; llegué con alguien al cuarto. El que venía conmigo entró primero.
El área estaba ocupada casi totalmente por el colchón de una cama que estaba sobre el piso. 
En la pared  que quedaba al frente (ligeramente a la izquierda) de la entrada, encima de tres escalones, había otra puerta. Ésta comunicaba con la habitación de otro huésped.
La luz en el interior parecía como provenir de velas. Luego me percaté de la chimenea, pero sólo podía verse al avanzar un poco más en el interior por un ángulo que tenía la pared de la izquierda.

Faustino, el maestro de la clase de dibujo mecánico, estaba acostado y dormido y se le salían los pies del colchón. 
En el sueño, por alguna razón, yo ya sabía que el maestro se había ido de su casa (casa de sus padres) y estaba viviendo por su cuenta pero muy a duras penas.

En la habitación adyacente, alguien tocó la puerta que conectada con el cuarto del vecino, la puerta que estaba encima de los tres escalones.
Por alguna razón, yo sabía que eso nunca había pasado eso antes.
No queríamos abrir esa puerta.
Poco después apareció Srdjan. Él se acercó a la pared para tratar de escuchar unos ruidos que se oían del otro lado de la puerta principal.
La abrimos [la puerta que conectaba con la habitación del vecino]...


Lo que vimos enseguida nos hizo sentir mucho miedo, ya que al quedar abierta la puerta se vislumbró el contraste de  la densa oscuridad del cuarto con un brazo blanco y esquelético sobresaliendo del marco de la puerta. Era muy extraño porque, por alguna razón, la luz de la chimenea del cuarto de Faustino no sobrepasaba el umbral para llegar a la otra habitación.
Este brazo parecía provenir de un hombre que estaba dormido detrás de la pared. Era como si su cama estuviese directamente a la derecha del marco de la puerta con la cabecera pegada a la pared.
Del cuarto oscuro, provino una voz como de viejo escandaloso.

---Perdón, perdón. Toqué la puerta estando dormido. Por favor... ciérrenla. Ciérrenla!--- Dijo el viejo.

Al no cerrar la puerta del viejo, insectos empiezan a entrar. Lo primero que vi  venir fueron un par de tarántulas.
Estaba muy preocupado de que se metieran en mi mochila, ya que la había dejado tirada en el poco piso que Faustino tenía libre.
Pero... uno de nosotros no podía cerrarla (más bien: no quería cerrarla. Había algo que arreglar: seguramente la fuga de insectos que provenían del cuarto del viejo).
La cantidad de insectos se hace tan grande que tuve que suplicarles que cerraran la puerta. Pero ellos ya habían entrado en el cuarto de al lado y se habían perdido. Tenía que ir a buscarlos.
Srdjan y otro los empiezan a trapear [a los insectos] y los ahogan en un bote con agua para trapear, pero siguen entrando más. La situación se vuelve desesperada.
Desafortunadamente, me veo en la necesidad de entrar.
Yo no quería entrar.
Al entrar me doy cuenta que la persona que había tocado la puerta está oculta en la oscuridad (a mi derecha, después de haber entrado). La veo (pero no la veo, porque está en la oscuridad, pero puedo ver de dónde proviene la voz).

---En lugar de ayudar a tus amigos estás llevándolos a su muerte... Tal vez no lo sepas pero tú representas un extraño vínculo entre alguien que ya ha muerto. A través de ti, él quiere proveer la muerte a ciertas personas.---Dijo la voz del viejo.

Tenía mucho miedo, pero aún así pude pensar en el amigo que falleció el año pasado.
Al habérmelo dicho, me propuse tomar la puerta principal para salir, sin saber dónde quedaron los demás.
Repentinamente... el cuarto del viejo se vio iluminado por una especie de luz crepuscular, gracias a lo cual pude ver que tenía cajas de botellas de Coca Cola, de esas rojas, dispersadas por el suelo. Las tenía apiladas en torres que tocaban el techo. Todavía no me queda claro de dónde provino aquella luz. Aún así, no sé porqué no me detuve a ver quién era el viejo.
Una taparrosca cae al suelo y gira. No le dije a nadie que me fui.

El sueño se corta.

En relación con el sueño anterior...
Me trasladan a una escuela que parecía estar en medio de un desierto. Parecía una especie de convento en donde sólo iba gente como yo: gente que proveía muerte.
Recuerdo que todos me veían como el chico nuevo.
También recuerdo que los uniformes eran muy extraños. Eran de color verde y con forma de protectores acolchonados.  Parecía como si todos estuviéramos disfrazados de cáctuses.  

Recuerdo tomar un elevador hacia abajo. Éste me dirige a una fila a una fila de alumnos.
Los enfilados estaban esperando su turno para ser analizados por el dispositivo que medía la cantidad del poder de proveer la muerte.

La máquina proyectaba un haz de luz directo en el frente de los alumnos.
Dependiendo de la cantidad de poder de cada uno, un segundo haz de luz partía desde la espalda del alumno hasta donde el poder lo indicara.
Por alguna razón veo el mío desde fuera de mí. Como en un sueño astral. Me doy cuenta que mi poder oscila entre muchísimo y nada. Por alguna razón yo sabía que eso denotaba la muy fuerte aberración que le tenía a ese poder.
Yo quería ser normal y no estar en esa escuela.

El sueño se corta.

Aparezco en otro elevador.
Siento que es el elevador de la Udem; el que usan los de PYSIE.
Éste se abre en el segundo piso y deja entrar a una joven chava que me recuerda a alguien conocida.

---¿A qué piso quieres ir?---Le pregunté.
---Al tres.--- Me dice.

El tercer piso era el último piso.

---Yo también voy al mismo piso-- le digo con una sonrisa.
Luego me doy cuenta que yo iba a otro piso.
Al llegar al tres, las puertas se abren pero hay un cinturón metálico fuera de las puertas que no nos deja pasar.

Era como si fuera muy de mañana y no lo hubieran quitado todavía; como si pusieran ese cinturón cada noche a manera de protección.
Detrás de eso hay unas rejas, y puedo ver a la guardia.
---¿Puede quitar el cinturón?--- Le pregunto.

Me indica que para quitarlo (yo) debo de agitar una especie de serpentín metálico que apareció en el cuarto de elevador. La chava que iba conmigo en el elevador parecía saber qué estaba sucediendo.
Al explicármelo, un cambio de escena en el sueño me hace ver  que había otra chava en el elevador. Ella hablaba por teléfono con un español extraño que me hacía pensar que ella viniera de Francia. Me emocioné al verla; quería conocerla.

Se parte el sueño.

Estoy fuera del elevador con dos vatos y una chava. Estamos de espaldas a la pared de un pasillo de la UDEM diciendo que lo que sucedió fue tan extraño que no podíamos creerlo.

---¿Quieren que nos volvamos a saludar o prefieren nunca más hacerlo, dejando esto como una experiencia extraña de un encuentro de una vez en la vida?---Les pregunté.

Enseguida mi celular suena con un ringtone de Harry Potter pero no era el celular que tenía en el bolsillo. Estaba en la mochila vibrando dentro de un porta cd's que tenía una portada del la caricatura de "El laboratorio de Dexter". Lo saco y veo que es celular de Mauri.
Contesto el teléfono, pero no recuerdo quién es (creo que era papá).
Todos nos quedamos  extrañados, como si la llamada del teléfono hubiera confirmado y terminado con el día más extraño de mi vida.




Lo Siento

Entonces no parecía ser más que otro lunes y para hacerlo especial la lluvia seguía y seguía como si se hubiera muerto algún animal que habla; la casa, aunque inclinada, aguantaría, así que solo habría que esperar a que el sol rabioso se asomara nuevamente.

Era temprano y me puse a limpiar la cocina, no había echo nada en toda la semana y los olores de pollo, cerveza y botanas varias se estaban acumulando en el lugar; cuando acabé de raspar el yogurt de la cazuela escucho que tocan a la puerta.

Sonó un golpe gentil, no como de vendedores y como hay una comunidad de testigos de Jehová rondando en los alrededores repartiendo panfletos con imágenes de Jesús con afro no siempre me inclino por abrir la puerta si no estoy esperando a nadie, ¿pero qué diablos? si llevaba horas lloviendo, me puse pantalones y me dirigí hacia la puerta.

-¿Sí? - Me detuve en seco para reaccionar, me habían dicho que era chiquito pero nunca lo habia comparado con nada. Parado en frente de mí bajo la lluvia estaba el viejo Felipe Calderón, trajeado como siempre, pelón, ojos llorosos con una sonrisa muy amable.

-Hola. - me dijo, - Estoy pasando por las casas y... - se acercó hacia mí un tanto nervioso y me abrazó fírmemente. - En serio, perdón... perdóname.

No supe qué decirle, solo moví el brazo que me quedaba libre y lo coloqué sobre su espalda. - Está bien, ha habido mucho peores.- Me soltó y se talló los ojos con la manga. -Con permiso.- me dijo, y se dirigió a la casa de al lado.

-Señor, nadie vive en esa casa, está desocupada desde mayo, creo.
-¿Enserio? Bueno, muchas gracias.- Y se dirigió cabizbajo a la siguiente casa.
-¡Espere! - Subí a mi cuarto y agarré un pequeño paraguas de bolsillo que tenía en un cajón.- Agarre éste, para que no se moje.
-Oh, me.. mu-muchas gracias. - dijo mientras le extendía el brazo con el paraguas.
-Puede quedárselo, no lo ocupo. - Lo abrió con una sonrisa, asintió con la cabeza y siguió su camino lentamente, tocando puertas y pidiendo la piedad de los que un dia fuimos sus ciudadanos.