sábado, 20 de julio de 2013

El Clonosaurio

Estaba de camino a casa con bastante sol, del que te hace desear vivir en esos lugares horribles como Finlandia donde siempre es de noche, Perros Bravos donde todos sus habitantes están siempre juntos, en el panteón, o París que está llena de franceses.

De todos modos alcancé a parar al 23, o más bien me escogió para entrar en su gracia. ¿Han notado como algunos choferes escogen a sus pasajeros? siempre tengo que pegarme a un par de piernas, así se vean de 50 años, para que se detenga el camión y aún así el señorito dice que mi dinero no vale por que son monedas de a peso, el elitismo está llegando a un área más para causar problemas.

Amarré las monedas con un cordón y le dije: -Ya, es una sola de diez pesos.- y me fuí a sentar. Regularmente trato de observar lo que pasa en el camión, ya sea para identificar peligros latentes,  llámese cholos hasta las chanclas o señoras con cantidades peligrosas de mortadela. Me distraje hacia la ventana cuando siento que alguien me palmea el hombro como si me conociera.

-Oye, se ve que a ti te gustan... los dinosaurios.- Traté de girar para ver quién podría preguntarme tal cosa, ¡Por supuesto que me gustan!, a una distancia segura claro está, pero me dijo en un tono cortante y amenazador:- ¡No!... te des la vuelta.- Esto me puso algo nervioso, ¿alguien estaría viendo esto?

-Sí, me gustan los dinosaurios.- dije.
-En el 93, hubo una película acerca de un parque de diversiones, en el que se crearon dinosaurios con avanzadas técnicas de clonación e ingeniería genética.- Ya me olía un chiste así.
-Sí, seguramente hablas del filme nacionalista "Juanito y los Clonosaurios".
-¡No te hagas el pendejo conmigo! Hablo del parque, ¡el parque jurásico!- Su enojo me hizo ser precavido, no sabria como respondería si insultaba otra referencia pop.
-Sí, sé de que hablas; el cómo no podemos controlar a la naturaleza, que la vida siempre encontrará un camino, los anfibios que pueden cambiar de sexo, nuestra percepción de sistemas no lineales como medios caóticos, de "ah ah ah, no dijiste la palabra mágica", un parteaguas en la historia de los gráficos generados por computadora para el cine, todo estaba ahí.
-Pero, ¿te gustó?
-Es sin duda de mis películas favoritas, más que cualquiera del catálogo de Disney.

(Inicie el video en este punto)

-Sabes que viene la cuarta entrega ¿verdad?.- preguntó.
-Señor, tal vez sea una de las cosas del pasado que deban permanecer en donde están.
-Tal vez, pero piensa en la aventura y los riesgos que estamos obligados a tomar.

Sentí que ya no lo tenía tan cerca, alguien pidió la parada y escuché que se levantó, me volteé para saber quién era y vi bajando a un hombre de barba blanca y una gorra negra.

¿Santa?

jueves, 18 de julio de 2013

Revisión Fantástica de un Concierto Poco Común.



Después de estar 2 dias sin abandonar el cuarto tenía calambres en partes del cuerpo que no sabía que tenía, habia perdido la mitad del pelo y no podía mover del todo mis meñiques. Necesitaba salir y había empezado a llover, pero ví en un anuncio un concierto llamado Días de Sol, y qué mejor forma que volver absurdo un dia nublado que asistir a un evento de tal calibre, sería apuntar hacia las nubes y gritarles:- ¡Espero que sepan lo que están haciendo, por que yo no estoy muy seguro!



La lluvia iba y venía, y en el camino hacia el teatro encontré las delicias de manejar solo mientras algunos sujetillos te odian por detenerte en una luz roja y de ir cantando y aguantar la respiración en los interludios musicales. ¿En la carne?, esa canción de los floyds que llena de enojo y fuerza encajaba con la gente que me rodeaba; ¿quién dejó entrar a ese maricón al teatro?, ¡contra la pared!, ¿alguno que se vea medio judio?, ¿ése trae un porro? ¿quién dejó entrar todo ese riffraff'? Si fuera por mí ya les habrían disparado a todos ustedes.



Llegando al teatro rectifiqué que se trataba de un dueto con un invitado especial, que no necesariamente lo convertía en un trio; Omar y Angélica eran presentados como las eminencias del jazz que hemos desperdiciado todos estos años. Antes de venir leí el anuncio y se había disfrazado como un concierto de jazz en el que se interpretaría a Jimmy Giuffre y a Cole Porter, escritores y arreglistas de diversos musicales con melodías bastante alegres, error.



Llacía en el escenario un piano, 2 guitarras y una mesa de percuciones enfrente de una bateria Tama de un color pastel con escarcha que no pude tomar enserio en un principio; entraron los músicos y se veían quizás no más viejos, pero sí menos greñudos que en las fotos. Siempre ví a los músicos como unos rebeldes, ya sabes, no necesariamente con chaquetas de cuero y bandanas pero sí con una visión contraria a mucho de lo que creemos, es por eso que están entre las personas con licencia para romper las reglas, aunque a veces no esté de acuerdo.



El primero y casi el único en hablar fué Omar, el guitarrista, leí un poco en un panfleto en el lobby que era director de Non-Jazz, una agrupación de jazzistas de Monterrey que jamás he tenido el gusto de oir, tomó su lugar dando la bienvenida a un concierto que se convertiría en un viaje íntimo, digo, puede sentirse intimidad en un teatro con no más de diez personas, algo con lo que supongo batallan demasiados artistas de la localidad, porque estas personas con proyectos vanguardistas y colaboradores de otros grandes tienen que competir por ser escuchados donde la gente se está al pendiente de las predicciones de astrólogos de televisión y alguna otra tontería que multimedios radio y televisión se le ocurra poner en nuestro camino.



El mensaje al inicio fué algo como un saludo-prólogo-advertencia, el concierto trataría de las obras de El Gran Maestro, su padre, (no recuerdo el nombre así que supongo lo llamare Sr. Tamez). Habló de como su padre habia muerto cuando el tenía casi 4 años, hace mucho tiempo ya; un compositor llamado de vanguardia en Monterrey que hasta hace poco estaban descubriendo la música que dejó; Omar y su hermano, el percusionista de la alineacion de la noche y ambos músicos experimentales y de jazz de profesión, deseaban compartir lo poco que les había dejado el Sr. Tamez.



La primera obra constaba de un viaje que sería un juego, con nosotros y con el sonido, creciendo y dirigiéndose hacia la izquerda para después tener una caida en picada con una kalimba. La canción empezó con las disonancias del piano características de la música contemporánea, y he de confesarles que no he aceptado este movimiento del todo; podría pasar un buen rato diciendo el por qué no he entendido la supuesta belleza en esta forma de música ya que el ejemplo más grande que tengo es el Cuarteto para el Fin de los Tiempos de Oliver Messiaen y puedo decirles que suena como se llama, pero esta vez fue distinto.


Desde los primeros acordes del piano supe que debia despedirme de Porter, pero a diferencia de los otros dos conciertos de música contemporánea a los que habia asistido (una cantidad bastante mísera quizás) esta vez no sentía que debía quedarme, si no que quería escucharlo todo en verdad, ¿sería el Sr. Tamez el sonido contemporáneo que había estado buscando? A diferencia de otras piezas de vanguardia esta vez los instrumentos te dejaban ver como evolucionaban sus sonidos, no eran siempre el resultado sino la demostración del cambio, del blues vinieron varios pasajes y las percusiones llegaban atinada y sutilmente a responder las cuerdas rasgadas del piano; crecía y crecía mientras vi a un gordo de pelo chino marearse y caer sobre su hombro, los flashes de las dos cámaras se detuvieron para no estorbar a la música.



La guitarra se detuvo, lo supe cuando ví a Omar abrazarla, cerrar los ojos y esperar a los demás, ¿o esto pasó en el segundo número? No estoy muy seguro, varios efectos se habian mesclado en el teatro y Emilio Tamez, su hermano, seguía arrastrando los platillos mientras Angélica en el piano aterrizaba varias cosas que quizás habían quedado pendientes, silencio.



Me había pasado en otros conciertos de este estilo en los que la gente no sabía cuándo aplaudir; es algo triste cuando no se comprende la obra, no quieres hacer el ridículo ni herir los sentimientos del músico, como un “¿ya? ¿ya se acabo? ¿ya podemos irnos?” pero esta vez la verdad no había apludido por que en verdad esperaba que no terminara, que se extendiera cuando menos otros 5 minutos para bajarme de la nube, pero no sería necesario.



Cuando pasaron casi 40 segundos de silencio Omar miró a Angélica, luego miro a Emilio y dijo -“Esto fué XXXX (Olvidé el nombre de la pieza, que era algo relacionado a la palabra juego pero no era nada como Lúdico)”.- Para preparar el terreno continuaron con una pieza de Wadada Leo, al parecer Angélica había participado en un proyecto suyo hace casi dos años, así que después del juego una obra de un héroe del jazz de forma libre contemporáneo no cayó nada mal; el hombre siempre tocó su trompeta pero el arreglo de guitarra que le prepararon le dió un nuevo rostro.



Lo importante ahora era la tercera parte. El Sr. Tamez había compuesto una de sus últimas piezas a su esposa, consta de música y una poesía para declamar, y para esto se añadió otro integrante al dúo: La Esposa, la madre de Omar y Emilio, para así tocar el regalo del día de las madres más raro que habia visto.



El poema era complicado de entender, no solo por el contexto, bueno si, la verdad no te podias distraer en nada (error que cometí):



Ella es El...

...Las parejas copulantes...
...vectores que dispara...
...El es Ella.”



No le presté mucha atención a los versos cuando me dí cuenta de lo que estaba pasando; la familia, estaba ahí. Todo encajó perfectamente y los pensamientos con los que llevaba semanas dando vueltas sin dormir se enclarecieron un poco en ese escenario; el Sr. Tamez lo había logrado, había vencido a la muerte, se habia unido al club de los que perduran junto con Escher, Coltrane y Bernoulli (todos los Bernoulli, son algo así como los Baldwin). No importaba quién fuera, el Sr. Tamez ahora forma parte de las vidas de los no más de diez que nos encontrábamos en el teatro aquella noche; fuimos testigos de su trabajo, su creación y deseos en la forma en la que su familia lo trajera al presente aún después de poco más de 20 años de muerto; se veía en sus caras que habían construido algo que probablemente su autor nunca se habría imaginado, y sin embargo seguía evolucionando para perdurar, aunque no sea para siempre, un poco más.



La música se apagó y todos permanecimos en silencio, las sonrisas de los músicos me hicieron entender que lo habían logrado, el Sr. Tamez vivió un dia más; abandonaron el escenario y se lo llevaron con ellos, dijeron que tenían un disco por ahi pero no tenia dinero como para llevarme más de esa noche conmigo.



Salí y la lluvia estaba en sus últimos momentos, el parque estaba oscuro y sonaba la música de un conmovedor piano desde los árboles, el dj del parque se había superado otra vez. No habia más luz que la de algunos faroles, pero no era necesaria, la gente que aún quedaba jugaba en el pasto mojado, caminaban tomados de las manos, reían bajo los árboles y los niños corrían sin cuidado entre los charcos; fué el descanso de un día que terminaba con y para bien, sólo hacía falta llegar a casa, pero conforme salia del parque desaparecía la música, los juegos y las risas; me giré para no ver a nadie, era hora de regresar al mundo de siempre.