lunes, 16 de septiembre de 2013

Lo Siento

Entonces no parecía ser más que otro lunes y para hacerlo especial la lluvia seguía y seguía como si se hubiera muerto algún animal que habla; la casa, aunque inclinada, aguantaría, así que solo habría que esperar a que el sol rabioso se asomara nuevamente.

Era temprano y me puse a limpiar la cocina, no había echo nada en toda la semana y los olores de pollo, cerveza y botanas varias se estaban acumulando en el lugar; cuando acabé de raspar el yogurt de la cazuela escucho que tocan a la puerta.

Sonó un golpe gentil, no como de vendedores y como hay una comunidad de testigos de Jehová rondando en los alrededores repartiendo panfletos con imágenes de Jesús con afro no siempre me inclino por abrir la puerta si no estoy esperando a nadie, ¿pero qué diablos? si llevaba horas lloviendo, me puse pantalones y me dirigí hacia la puerta.

-¿Sí? - Me detuve en seco para reaccionar, me habían dicho que era chiquito pero nunca lo habia comparado con nada. Parado en frente de mí bajo la lluvia estaba el viejo Felipe Calderón, trajeado como siempre, pelón, ojos llorosos con una sonrisa muy amable.

-Hola. - me dijo, - Estoy pasando por las casas y... - se acercó hacia mí un tanto nervioso y me abrazó fírmemente. - En serio, perdón... perdóname.

No supe qué decirle, solo moví el brazo que me quedaba libre y lo coloqué sobre su espalda. - Está bien, ha habido mucho peores.- Me soltó y se talló los ojos con la manga. -Con permiso.- me dijo, y se dirigió a la casa de al lado.

-Señor, nadie vive en esa casa, está desocupada desde mayo, creo.
-¿Enserio? Bueno, muchas gracias.- Y se dirigió cabizbajo a la siguiente casa.
-¡Espere! - Subí a mi cuarto y agarré un pequeño paraguas de bolsillo que tenía en un cajón.- Agarre éste, para que no se moje.
-Oh, me.. mu-muchas gracias. - dijo mientras le extendía el brazo con el paraguas.
-Puede quedárselo, no lo ocupo. - Lo abrió con una sonrisa, asintió con la cabeza y siguió su camino lentamente, tocando puertas y pidiendo la piedad de los que un dia fuimos sus ciudadanos.


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