De todos modos alcancé a parar al 23, o más bien me escogió para entrar en su gracia. ¿Han notado como algunos choferes escogen a sus pasajeros? siempre tengo que pegarme a un par de piernas, así se vean de 50 años, para que se detenga el camión y aún así el señorito dice que mi dinero no vale por que son monedas de a peso, el elitismo está llegando a un área más para causar problemas.
Amarré las monedas con un cordón y le dije: -Ya, es una sola de diez pesos.- y me fuí a sentar. Regularmente trato de observar lo que pasa en el camión, ya sea para identificar peligros latentes, llámese cholos hasta las chanclas o señoras con cantidades peligrosas de mortadela. Me distraje hacia la ventana cuando siento que alguien me palmea el hombro como si me conociera.
-Oye, se ve que a ti te gustan... los dinosaurios.- Traté de girar para ver quién podría preguntarme tal cosa, ¡Por supuesto que me gustan!, a una distancia segura claro está, pero me dijo en un tono cortante y amenazador:- ¡No!... te des la vuelta.- Esto me puso algo nervioso, ¿alguien estaría viendo esto?
-Sí, me gustan los dinosaurios.- dije.
-En el 93, hubo una película acerca de un parque de diversiones, en el que se crearon dinosaurios con avanzadas técnicas de clonación e ingeniería genética.- Ya me olía un chiste así.
-Sí, seguramente hablas del filme nacionalista "Juanito y los Clonosaurios".
-¡No te hagas el pendejo conmigo! Hablo del parque, ¡el parque jurásico!- Su enojo me hizo ser precavido, no sabria como respondería si insultaba otra referencia pop.
-Sí, sé de que hablas; el cómo no podemos controlar a la naturaleza, que la vida siempre encontrará un camino, los anfibios que pueden cambiar de sexo, nuestra percepción de sistemas no lineales como medios caóticos, de "ah ah ah, no dijiste la palabra mágica", un parteaguas en la historia de los gráficos generados por computadora para el cine, todo estaba ahí.
-Pero, ¿te gustó?
-Es sin duda de mis películas favoritas, más que cualquiera del catálogo de Disney.
(Inicie el video en este punto)
-Sabes que viene la cuarta entrega ¿verdad?.- preguntó.
-Señor, tal vez sea una de las cosas del pasado que deban permanecer en donde están.
-Tal vez, pero piensa en la aventura y los riesgos que estamos obligados a tomar.
Sentí que ya no lo tenía tan cerca, alguien pidió la parada y escuché que se levantó, me volteé para saber quién era y vi bajando a un hombre de barba blanca y una gorra negra.
¿Santa?
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