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La naturaleza nos ha
dotado de herramientas y privilegios para sobrevivir; si nos
detenemos un minuto a pensarlo nuestros pulgares no son lo único por
lo que debamos alzar nuestras copas y formar frentes populares; el
cabello también ocupa lugares primordiales y de alta jerarquía en
nosotros no solo en la punta de la cabeza , que en la experiencia del
autor y gracias a la nueva tecnología de gorros y sombrillas, el
cuerpo decide mover el pelo a a puntos más críticos como a los
genitales o la nariz, y cuando uno sea suficientemente viejo y se
requieran ignorar muchas voces, el cuerpo optará por mudar una mata
tupida a las orejas.
Aparte de su labor
fisiológica el cabello también realiza funciones sociopolíticas en
nosotros, tanto así que llega a ser una firma, un sello de nuestro
ser. El moldeado, mantenimiento y despliegue del cabello son
fundamentales en la administración del mismo e influyen fuertemente
en nuestros instintos de animal social o animal sociópata,
según sea el caso.
Las normas de conducta
para el manejo responsable del cabello se han visto reguladas en su
mayoría de acuerdo al género del portador, aunque se ha demostrado
que al momento de realizarse un intercambio de culturas o simplemente
con el paso del tiempo éstas llegan a cambiar fuertemente
participando en los históricos “conflictos generacionales”, a
los cuáles todos estamos acostumbrados.
Sin duda uno de los
asuntos del cabello que parecen imposibles de cambiar serían los que
involucran al vello facial; no referente a su existencia pero sí en
su uso, el cabello en el rostro ha sido símbolo del sexo masculino
por siglos. Muchas revoluciones se vivieron en el siglo 20, y seria
tonto ignorar casos como el de Khalo quien buscaba provocar un cambio
a varias ideas que tenemos equivocadas sobre el papel de los géneros;
mas sin embargo muchas de las personas que la admiran difícilmente
portan su emblemático bigote.
La barba, que no debe de
confundirse con la barbarie, será vista como señal de fuerza y
carácter. Un hombre que ha alcanzado su madurez será capaz de
demostrar que puede ser portador de un cabello saludable, brillante y
abundante sobre su rostro. Al igual que la melena del león o los
cuernos del alce, un hombre podrá ser y será juzgado por su barba,
se abstendrá de pasar largos periodos de tiempo en ausencia de una y
procurará el uso y cuidado de las pertenecientes a sus familiares y
amigos cercanos.
Como cualquier campo antes
de crecer y deleitarnos con sus flores y frutos, el rostro masculino
requiere de cuidados para un buen desempeño del mismo. Antes de todo
se deben eliminar las imperfecciones y cabellos que hayan aparecido
sin la intención o sin el cuidado que se debe prestar a esta
situación; lavar la cara con agua caliente y jabones neutros es
menester para relajar y preparar la piel; creando espuma con el jabón
y la ayuda de los dedos índice y cordial de ambas manos se masajeará
de forma circular y ascendente empezando por la zona frontal de la
cara por debajo de los labios, que llamaremos “barbilla”, y se
extenderá hacia las orejas abarcando toda el área del mentón; una
vez que se cubra esta área el cuello debe ser también tratado con
agua caliente, mas no lo suficiente como para escaldar la lengua.
Una vez terminado el
masaje y que la piel se encuentre en un estado relajado y sin
presiones, será momento de aplicar la espuma de afeitar. Con la
ayuda de una brocha, la crema de afeitar del estilo inglés deberá
agitarse poco antes del punto de turrón para levantar una espuma que
deberá distribuirse uniformemente por la piel previamente tratada,
asegurándose de no dejar espacio sin la protección que ofrece la
crema. Terminada la aplicación de espuma en el rostro deje reposar
uno o dos minutos y no sucumba ante miedos e imágenes de la rabia.
Con sumo cuidado tome la
navaja de doble filo, o si lo desea una cuchilla de afeitar y prosiga
a retirar el cabello que se encuentre en la cara. Hay que tener mucho
cuidado en este punto de tener bien en claro que nos interesa retirar
únicamente el cabello que crece por debajo de los pómulos; un error
bastante común es el de retirar también el cabello que se encuentra
por encima de los ojos eliminando nuestra capacidad de expresar
emociones o que las demás personas nos tomen enserio. Con
movimientos suaves se deslizará la navaja por el rostro de arriba
hacia abajo y retirando el exceso de espuma y asegurándose de cortar
sólo el cabello del área del mentón y cuello; es posible que la
piel se resista a dejar ir a sus vástagos y llore con sangre la
pérdida de éstos; no se preocupe, ya que se dotará de elementos
fuertes y saludables dentro de poco, será el rostro de un hombre.
Una vez retirados la
espuma y el cabello en su totalidad se prosigue a untar un poco de
loción con un ligero volumen de alcohol en la piel para su limpieza
y pronta cicatrización, seguido de el unto de vaselina o ungüentos
para la humectación y recuperación de la piel; ahora usted cuenta
con un mentón fresco, limpio y terso, no queda más que esperar.
Su cuerpo cuenta con
camino abierto para expresarse, por lo que uno debe cuidar de no
agitarse demasiado en este tiempo, hacer corajes o actuar como un
mariquita. Antes de preocuparse por el estilo que quiere impregnar en
su rostro, uno debe dejar que el cuerpo haga algunas sugerencias que
deben ser escuchadas y debe resistirse en todo momento de
interrumpirlas o cortarlas; el vello que salga en este tiempo debe
permanecer intacto por un mes, eso sí, hay que lavarlo, de lo
contrario se hace de un aroma a vinagre y sal que difícilmente se
puede eliminar a menos que se inicie el proceso de nuevo.
No debe desesperarse
durante el primer mes; al igual que la mente, la piel estará en
constante entrenamiento y pensará varios momentos en renunciar, pero
en dado caso que decida eliminar el vello que ha crecido, sírvase
por favor de afeitarse también las pantorrillas y colocarse vestidos
coquetos.
Su cara empezará a tomar
gusto por su nueva herramienta y probablemente muestre varias
opciones para usted; si usted es principiante en el uso de la barba
no se preocupe, estas habilidades se aprenden en la práctica y así
como para correr hay que gatear, nuestro rostro dará tumbos con
varios estilos que quizás no sean para nosotros; entre los más
comunes se encuentran El Guerrillero, San Juan Diego, Adicto al
crack, Comerratas, Militante de la APPO, o alguno que nos pueda traer
inconvenientes con la policía o algún grupo religioso o político.
Pasado los alborotos y
situaciones incómodas, notará que su barba dejará de cambiar y
sólo se dedicará a crecer; esto significa que el cabello se ha
vuelto dócil con usted y permitirá que lo moldee. Llegado a este
punto no significa que tiene total control sobre su barba, al
contrario, aún necesita de su consentimiento y cooperación para su
correcta función. El lavado en las mañanas y antes de dormir debe
convertirse en un ritual de respeto y solemnidad para con su barba;
de esta forma su cabello confiará en usted y dejará que sea usted
quien tome las riendas. Acariciar la barba y platicar con ella son
esenciales para garantizar un buen trabajo en equipo, y al igual que
el Doctor Moore poda el árbol de la vida, la barba debe tratarse de
igual forma para que florezca y no muera.
Se debe tener paciencia ya
que la barba crece a la par de la sabiduría, así que probablemente
deban pasar algunos meses y otras lecciones de vida antes de poder
mostrar una imagen similar a un doctor de la ley o el genio de
Tolstoi. El camino no es sencillo, pero es una prueba que todo hombre
debe realizar, así como hacer una fogata o luchar por la libertad.
López.
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