En la esquina se empieza a juntar la gente, se acomoda frente a él una muchacha, no muy alta, no muy baja, no muy arreglada ni descuidada. El semáforo se pone en rojo y el grupo de gente empieza a caminar y la muchacha caminando frente a él después de cruzar. "Parece que vamos a donde mismo", pensó.
-De eso puedes estar seguro, ¿pero sabes cómo llegar? - Una voz le sorprendió por la espalda, se giró para ver a un muchacho no menor de 14, no mayor a 15, con un bigotillo de guerrilla y la camisa manchada de salsa. Sin dejar de caminar Zacarías trata de conversar con precaución:
-Pues yo sí.
-¿Seguro?
-Ahorita agarro el 17 y ...
-No menso, tú sabes de lo que hablo. - interrumpió el muchacho.
-Oye, cálmate.
-Yo estoy calmado, tu también deberías estarlo, dices que sabes cómo llegar.
-¿Me estás siguiendo?
-No tengo que seguirte, yo sé a donde vas. - Zacarías se empezó a poner nervioso y empezó a caminar más rápido.
-Tranquilo. - le dijo el muchacho - No hablo de ir a tu casa, ni a tu trabajo. No me importan esos lugares, yo tengo los míos.
-Entonces por qué me estas hablando.
-Solo quería saber si conocías un mejor camino que yo.
-¿Para ir a tu casa?
-No... es bonita, ¿cierto? - alza las cejas y dirige la mirada hacia la muchacha no muy alta, no muy baja que sigue caminando frente a ellos.
-No la he visto de frente.
-Pero por ahora no te importa, ¿o si?
-No, ni sé quién es.
-Pero hace unos minutos estabas aliviado por saber que se dirijen a donde mismo, ¿o no?, ¿quieres que lleguen de una vez? - El muchacho, sin dejar de caminar, saca una pistola y con una sonrisa le apunta a la muchacha, Zacarías se detiene en seco y voltea hacia los lados pero nadie parece reaccionar, el joven se rie y se voltea hacia Zacarías. -¿Qué tal tú? ¿Tienes prisa? - Ahora la pistola apunta hacia la cara de Zacarías, el muchacho sonrié y guarda el arma, la gente pasa a su lado y nadie dice nada ni parece importarle.
-No te preocupes, no es mi responsabilidad, esto es pedo tuyo, aunque puede ser que todos estemos involucrados.
-Estas loco.
-No lo creo, aunque creer en algo no lo hace verdad.
-Estuviste a nada de matar a alguien.
-¿Ves? tu creíste que iba a disparar, ¿no?, Sin embargo no lo hice.
-¿Por que me sigues?
-Ya te lo dije, no te estoy siguiendo. Simplemente nos encontramos en el camino, aunque parece ser que tu no sabes cuál es, no sé si quiero acompañarte, por ahora.
-¿Qué quieres decir?
-Que me voy por otro lado, tal vez nos veamos pronto, no sé. No dejes que el futuro de otros condicione tu presente; tu nombre puede significar algo, pero recuerda que fué alguien más que te lo puso, Zacarías. - y con una sonrisa agarró para la derecha y se perdió entre la gente.
Zacarías, Zacarías, ¿a dónde vas ahora?
Nisiquiera le habrías dicho tu nombre a ese vato.
Pero espera, no lo hiciste.